miércoles, 5 de octubre de 2022

Atrapado

Atrapado en mis pensamientos, como si de una cárcel se tratase y estuviera obligado a permanecer ahí, inmóvil, la noche me impedía evadirme. 
No sabía si lo que estaba sintiendo en ese momento era algo que me hacía infeliz, pero si estaba seguro que prefería no pensar en ello. 
Esta vida es tan impredecible que por momentos creo que nada es realmente controlable o estable siquiera. En una ocasión escuche una frase que recuerdo a menudo y que no sé, si es casualidad, pero se hace realidad de forma inesperada por momentos: " cuando más tranquilo y seguro estas , ten claro que es el momento, en el que corres más peligro". 
Siempre he creído que uno de los grandes momentos de la vida es encontrar el amor, a la pareja, a la persona que compartirá tu vida. Es maravilloso amar y sentirse amado. Nada, absolutamente nada, se  puede comparar a esa sensación tan plena y tan única. Todo cobra sentido, todo es maravilloso, nada puede destruirnos, ni hacernos daño cuando te enamoras y eres correspondido. Probablemente sea la sensación que más se acerca a la felicidad y al cielo, si lo hay. 
Pero ¿Qué pasa cuando eso se rompe?. Cuándo lo que más quieres y te importa de este mundo te dice que ya no eres la luz de sus ojos, cuando la miras y no ves a quien te hizo la persona más feliz del universo, cuando aquella que un día fue tu confidente y compañera inseparable ahora es una extraña. Tu mundo en ese momento  deja de tener valor y nada de lo que tienes es suficiente para dejar de sufrir. 
Todo y nada. Que difícil es seguir viviendo. Y ahora que va a pasar... Y te levantas y no sabes para qué... El dolor y la tristeza araña todos tus recuerdos,  y la angustia y la melancolía se adueña de tu existencia.
Y sin saber cómo, ni porqué motivo, hay que seguir adelante porque cuando todo se convierte en nada , de esa nada empieza a surgir algo diferente. No se el qué, ni si será bueno, pero aunque el dolor es un sentimiento que deja huella, también ayuda a madurar, porque cuando peor estas  , también es el momento en el que empieza a perder intensidad y es ahí donde vuelve tu vida a buscar un nuevo camino: "no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo aguante". 
El futuro esconde el tesoro de la incertidumbre y la esperanza es lo único que nos queda cuando todo lo demás nos ha dejado. Llora para vencer tu dolor y ríe para levantarte y superarte a ti mismo. No te abandones, eres lo único que tienes.